sábado, 19 de julio de 2014

Teotihuacan



En mi segundo día en la ciudad de Mexico decidimos visitar Teotihuacan, una de las ruinas más visitadas en México. Teníamos dos posibilidades, tomar un tour guiado que costaba unos 900 pesos por cabeza, o un taxi que nos llevaba allí y después al santuario de la Virgen de Guadalupe por 900 pesos en total. Nos decantamos por esta segunda opción. 

Según nos cuentan, la ciudad de Teotihuacan es vestigio de una misteriosa civilización que existió del siglo I AC al VIII DC. Esta ciudad estaba ya abandonada cuando los aztecas, en su peregrinación de Aztlan a Tenochtitlan, la encuentran y le dan su nombre, que en lengua azteca significa "lugar donde nacieron los dioses".

La ciudad muestra una ordenación urbana clara con una calle (Avenida de los muertos) alrededor de la cual se encuentran sus restos más famosos. Los aztecas pensaban que en esa ciudad es donde se creo el universo; mostrando las pirámides del sol y la luna el punto exacto donde nació cada astro. La ciudad entera está orientada en el mismo ángulo, marcando un día significativo del año según se cree. Viendo la inmensidad del complejo y su cuidada orientación hacia los astros, resulta factible que un pueblo supersticioso pudiera interpretar las ruinas como el lugar donde se originó el universo. 



Dentro de la visita a Teotihuacan, es obligado el subir a lo alto de la pirámide del sol y contemplar toda la ciudad. Allí  se es consciente de la extensión que ocupan las ruinas y, con algo de imaginación, puedes recrear en tu cabeza lo que hubiera sido la vida en la ciudad. Los miles de habitantes que la poblaban recorriendo la ciudad, haciendo su vida diaria y asistiendo a las famosas ceremonias con sacrificios humanos que tuvieron lugar en la ciudad. En lo alto de la pirámide del sol no faltan turistas, que tras conseguir subir hasta lo más alto se entregan al sol intentando imitar a los antiguos habitantes de la urbe.



Estos turístas se lo pasaban mejor que el otro
La pirámide de la luna marca el principio de la avenida de los muertos y, aunque no se puede subir a lo más alto, desde su plataforma central hay una bonita vista de la avenida de los muertos que se pierde en el horizonte. Junto a esta pirámide se pueden visitar lo que se cree que son dependencias de las clases dominantes de la ciudad.



Desde la pirámide de la luna, y recorriendo la totalidad de la avenida de los muertos, se llega a la ciudadela. En ella y tapada por la "plataforma adosada", se encuentra la pirámide de Quetzalcoal, que está adornada con los estatuas de la serpiente emplumada y de Tlaloc (dios de la lluvia) alrededor de toda la pirámide.

Viendo todo esto, y como me cuentan unos días después, no cuesta imaginar una gran civilización que se cree dominó desde lo que es el actual México hasta Honduras. Una civilización dominada por la superstición y que sus sacerdotes-gobernantes exigían de cuando en cuando sacrificios humanos para aplacar a los dioses. Quien sabe si esto fue el origen de una rebelión popular que llevo a cenizas la ciudad y que marco el principio de su olvido.

Dejo de soñar despierto para terminar la visita y  dirigirnos rumbo al Santuario de la Virgen de Guadalupe

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