También conocido como El Almacén de reliquias
Según
mi guia, una de las mayores atracciones era el Museo de Antropología
de Mexico así que me decidí a visitarlo. No estába lejos de casa y
se podía ir andando. A mi llegada veo el museo, parece simple, un
gran patio bastante vacío rodeado por los cuatro costados. Uno de
los lados que lo rodea es la entrada, viendo el panorama me digo a mi
mismo, esto en dos horitas esta ventilado. Ya puedo tachar de mi
lista el museo de antropología de México.
Creo
que no se dimensionar bien visitas a museos.
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Una de las cosas del museo |
Dani
el valiente se decide a visitar la sala azteca y sin guia para
ayudar, total voy sobrado. En fin, 2 horas más tarde, salgo de esa
primera sala con los nombres de Quetzalcoal, Popocatepel, Tlaloc,
Moctezuma y alguno más en la cabeza aunque no se quien de ellos
descubrió américa, inventó el chocolate, enseño a los hombres a
tocar la gaita o fue el último emperador del imperio azteca. Eso si
las estatuas, figuras y demás bien bonitas. Creo que estaría bien
tener una en el salón de casa.
Segunda
sala los Olmecas (creo que era esa, aunque mi estado de atención no
era el óptimo). Diez minutos y vista. Se que los olmecas hicieron
mucho y muy bueno por el país pero mejor lo dejo para una cabeza
mejor preparada.
Era
el momento perfecto para un café, así que café rápido (45
minutos) y rumbo a la siguiente etapa del museo. En ese momento surge
la encerrona de la que no hablaré mucho pero me presentaron a una
chica casadera para ver si me conseguian asentar y llegaba a formar
una familia (mis padres y sus preocupaciones). La chica no estaba
mal, y como soy un tio valiente y osado usé todas mis armas, no
hacer ni caso y hacerme el interesante desde la lejanía, obviamente
os imaginais el resultado.
Eso
no impidió que la visita continuara, así que vimos la parte
superior del museo (si hijos mios, dos pisos, por si no había
suficiente). Ahi te hablan de los pueblos indígenas de México, y no
es que no me gusten, pero entre mi ignorancia, que tenía la cabeza
como un bombo y que la chica de la que os he hablado antes estaba al
lado, pues vamos..... Os imaginais los datos que me han quedado de la
cultura indígena de méxico, creo que son bajitos.
A la salida del museo encuentras un espectáculo curioso si no te han dicho nada. Ves a cuatro
tios colgados de los pies dando vueltas a un pilon, mientras uno en
lo alto toca la flauta y un tamborcillo. Mientras te pones a ver, se
te acerca uno que te pide dinero y te cuenta un poco la historia de
eso que están haciendo. Que si trece vueltas, que si orientados
hacia los puntos cardinales y no se que más. Luego cuando lo ves
completo y te da por comprobar, ni trece vueltas, ni puntos
cardinales ni leches. Pero bueno, mejor no comprobar, disfrutar el
espectáculo y pensar que has pagado por una buena causa.
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Volador enfrascado en sus tradiciones |
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Los cuatro colgados |